¿Se puede superar el consenso de Washington?

Se habla de la superación del Consenso de Washington y se discute la posibilidad del establecimiento de un nuevo orden mundial que obedezca intereses regionales y que no responda únicamente a la lógica de mercado. Esto puede ser una manera de ver la situación, la realidad es que existen muchos factores detrás de esta construcción de lo que representa el progreso. Aunque no se puede negar que el modelo sienta las bases de un posible rediseño de la economía global y de la política mundial, aun subyacen ciertos aspectos que resulta difícil erradicar. Este trabajo tiene la intención de explorar el surgimiento de nuevos proyectos regionalistas en América Latina y contrastar lo que representan como ideales y lo que han logrado en realidad; posteriormente se tratará de hacer una comparación entre estos proyectos de integración y relaciones internacionales de otra naturaleza, como las relaciones México-Canadá; finalmente se tratará de dilucidar acerca del papel de México en la agenda de cooperación americana a la luz de las transformaciones que experimenta el continente.

“…es necesario no perder de vista, que la mayoría de los recientemente creados espacios y esquemas de integración inaugurados en América Latina se caracterizan por su carácter reactivo y/o defensivo en su exclusión de los Estados Unidos…” (Serbin, 2014). La variedad de proyectos de integración en América Latina obedecen la necesidad de definir la posición de la región con referencia al resto del mundo alejándose de la posición en que Estados Unidos los ha colocado, es decir, redefinir su lugar en el concierto de naciones con base en sus necesidades y no según lo que la potencia defina. Sin embargo, superar las intenciones de Estados Unidos no es sencillo, y mientras el surgimiento de aspiraciones de integración siga siendo en referencia a éste país, estos planes estarán destinados a fracasar por la falta de un proyecto sólido que obedezca sus necesidades y no sea construido en referencia a otros países.

La intención de realizar una integración regional era promover sus necesidades como parte importante de las relaciones multilaterales y no quedar relegados a las decisiones de otros países, sin embargo, la realidad es que estas intenciones de cooperación han sido recibidas por el resto del mundo como una polarización de las políticas de los países de América Latina. Por un lado se encuentran los países que buscan la integración económica de manera más profunda, en contraste con aquellos en donde el Estado busca tener una mayor intervención y por lo tanto se han quedado rezagados en términos de competitividad internacional. “Latinoamérica ya no es un bloque unificado con ciclos económicos sincronizados” (Colitt, 2014). Aunque ante la premisa anterior es necesario preguntarse si alguna vez se ha tratado de un bloque unificado. Lo que sí se puede asegurar es que antes, de manera individual, los países de América Latina respondían de mejor manera a los intereses de la economía global y aunque cada uno tenía sus particularidades, todos cabían de alguna manera en la lógica mundial; los regionalismos sirvieron para plantear la posibilidad de un modelo alterno al actual, en el que actuando de manera conjunta, sería posible enfrentarse al modelo global, en evidente detrimento de las potencias económicas actuales.

La relación entre México y Canadá es una que pone en evidencia la falta de intención de establecer relaciones más allá de lo económico por la hegemonía, aunque de maneras no tan evidentes, de Estados Unidos. Se habla de una falta de voluntad política y de un “desinterés institucionalizado de Canadá hacia México” (Vértice Internacional, 2013). La realidad es que cada país está enfocado en sus relaciones con Estados Unidos y la relación bilateral entre México y Canadá existe sólo en referencia con lo que su vecino permite. La relación comercial entre ambos países se encuentra en un nivel inferior al de la relación entre ambos países con Estados Unidos, una situación que puede extenderse a muchas otras alianzas internacionales. Las presencia de Estados Unidos sigue estando vigente, y aunque sea como intento de oponerse a él, es un factor determinante en la posición que toman muchos de los países.

Los proyectos de integración que buscaban escapar la lógica del Consenso de Washington se encuentran actualmente en crisis. La situación política y económica de Venezuela pone en riesgo la consolidación de una oposición ideológica a Estados Unidos. Además, el éxito que están teniendo en el consenso internacional cumbres como la del G20 o el proyecto de la Alianza del Pacífico, sirven para reforzar la predominancia que aun conserva Estados Unidos como actor que dicta el orden económico mundial. México necesita definir su posición en esta transición para establecer relaciones con sentido y no solamente por seguir la corriente de otros países. La firma de acuerdos y alianzas necesita tener un sustento en el proyecto de nación, de lo contrario serán igual de significativos como su relación con Canadá. “Establecer un proyecto de nación implica, además, que se conozca el terreno en el que se busca avanzar y a los otros miembros que comparten el sistema internacional, es decir, implica una posición frente al resto de la comunidad mundial” (Meyer, 2010). México necesita definir, antes que cualquier otra cosa, cual es el interés que busca defender y a partir de eso, establecer relaciones o acuerdos con países que sean acordes, buscar una integración efectiva que le sea de beneficio y no obedezca oportunidades que no ayudan a su consolidación y crecimiento.

Referencias:

Colitt, R. (28 de mayo de 2014). Divided Latin America Favors Fast-Growing Pacific Region. Obtenido el 15 de febrero de 2015, de http://www.bloomberg.com/news/2014-05-28/divided-latin-america-favors-fast-growing-pacific-region.html

Meyer, L. (2010) La desavenida ruta de la ambición nacional. La tensión histórica entre el proyecto nacional y su entorno internacional. En Torres y Vega (Coords.) Los Grandes Problemas de México (Tomo XII Relaciones Internacionales). México, DF: El Colegio de México. Pp. 45-62. http://2010.colmex.mx/16tomos/XII.pdf

Serbin, A. (2014). Los nuevos regionalismos y la CELAC: Los retos pendientes. En Desafíos estratégicos del regionalismo contemporáneo (pp. 44-79). FLACSO. Recuperado el 15 de febrero de 2015, http://flacso.org/sites/default/files/Documentos/libros/secretaria-general/Desaf%EDos%20estrat%E9gicos%20CELAC.pdf

Vértice Internacional: La relación México – Canadá. (2013). Obtenido el 15 de febrero de 2015, de http://www.youtube.com/watch?v=T6PDLpXGSpo

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