Una de las premisas más controversiales y utilizada por quienes defienden la globalización actual como modelo del orden económico, es la de la oportunidad de desarrollo que representa la liberalización del mercado internacional para los países. En este caso, como menciona Stiglitz, “los que apoyan la liberalización del mercado creen que esto traerá una prosperidad improcedente” (Stiglitz, 2007) Esta y demás premisas fueron utilizadas para incentivar la apertura de los mercados nacionales de diferentes países y la abolición o reducción de las barreras arancelarias para asegurar la inserción al mercado internacional y la habilidad de competir con los demás países. En la mayoría de los casos, como en el de México, se presentó un desarrollo económico importante tras la firma y entrada en vigor del TLCAN, pero es también cierto que este desarrollo y el crecimiento del país en general se vio limitado y susceptible a las acciones tomadas por Estados Unidos. En este caso como se replico en muchos otros, la relaciones de intercambio entre países tomo una asimetría debido a los distintos niveles de desarrollo a los que estaban sujetos y es entonces que se comenzó a cuestionar si las condiciones de intercambio eran justas para los países emergentes. Es debido a esto que en el siguiente ensayo se realizará un análisis sobre las relaciones asimétricas entre los países desarrollados y los de vías desarrollo para comprender el impacto que tienen dentro de los países de economías emergentes.

Aun y cuando existen varios elementos que producen una relación asimétrica en la dinámica comercial, existen algunos que se pueden considerar esenciales para explicar este fenómeno. Castaingts considera que la asimetría en las relaciones comerciales se produce debido a las diferencias en desarrollo tecnológico y las que existen en cuanto a los salarios. (Castaingts, 2004). Como menciona Stiglitz en su libro Making Globalization Work, se habla de que existe un intercambio desigual o injusto entre los países desarrollados y los países emergentes en el que la característica más relevante para el intercambio son los bajos salarios y por ende bajos costos que representan una ventaja competitiva para estos países. Sin embargo existen también desventajas como “alto costo de capital, infraestructura pobre, bajos niveles de mano de obra especializada, y en general baja productividad. (Stiglitz, 2007) que muchas veces no se toman en cuenta al momento de incentivar crecimiento de países que no se encuentran en las condiciones para competir dentro de la dinámica internacional y es por esto que cuando se enfrentan a competidores con mayor desarrollo tecnológico o mano de obra calificada, se ven en desventaja y se encuentran limitados por estas condiciones al momento de establecer un intercambio comercial con potencias económicas como Estados Unidos y China.

La asimetría en el intercambio comercial entonces impacta en diferentes aspectos que hacen que al largo plazo se reduzcan los beneficios que se le adjudican a la apertura de los mercados. En este sentido, Castaingts menciona que “en los países emergentes, el crecimiento del ingreso no va acompañado de una mejoría de los trabajadores, sino que casi siempre, el crecimiento conduce a una polarización mayor en la distribución del ingreso…” (Castaingts, 2004) Es entonces que los esfuerzos de los países emergentes por insertarse a la economía global no aseguran el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, pues como ya fue mencionado antes, los bajos costos de mano de obra que las empresas necesitan para mantener precios competitivos, perjudican a los países en desarrollo debido a la gran dependencia que se tiene de las empresas extranjeras que emplean su mano de obra. Por otro lado los países desarrollados se perjudican debido a la pérdida de empleos que se van a países emergentes haciendo que solamente una minoría del país se vea beneficiada de las relaciones comerciales. Es en estos casos en dónde se cuestiona si el intercambio y la dinámica internacional es realmente justa para los países emergentes que se encuentran en condiciones menos favorables y más susceptibles a las decisiones de los países potencias que definen las políticas de intercambio.

En conclusión se puede decir que dentro de la dinámica del intercambio comercial en el plano internacional, existen diferentes factores que influyen en la desigualdad de oportunidades o capacidades para el desarrollo económico de los países. Además de que la misma dinámica es dictaminada por los poderes fácticos; que no tienen como prioridad la situación de los países en desarrollo a menos de que impacte de manera directa, como es el caso de la relación de México y Estados Unidos. Se puede concluir que los países en desarrollo se encuentran en una desventaja de capacidades para competir con países potencia pues no cuentan con la tecnología, ni la mano de obra calificada para producir productos de mayor valor monetario y se ven atrapados en la exportación de materias primas. Es entonces que los países emergentes necesitan una economía diversificada y de un mercado interno fuerte que permita reducir la dependencia a los países desarrollados y como resultado, obtener un peso más importante en la toma de decisiones de organizaciones como el FMI o la OMC y reducir la disparidad entre los países. ¿Es entonces un orden económico justo? y ¿dónde queda el factor social y cultural dentro de las relaciones comerciales entre estos países?

Bibliografía

Castaingts, J. (2004). El intercambio asimétrico. El caso de los países emergentes. Recuperado de http://envia.xoc.uam.mx/tid/lecturas/Unidad II/Castaingts_intercambio.pdf

Stiglitz, J. (2007) “Making Trade Fair”, en Making Globalization Work, Norton & Company : New-York y London, pp.61-101.

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